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Con la llegada del buen tiempo, las piscinas se convierten en un oasis refrescante. Y si bien muchos perros disfrutan chapoteando y jugando en el agua, es crucial recordar que no todos son nadadores natos y que la seguridad debe ser siempre la prioridad. Disfrutar del agua con tu perro es posible, pero requiere de precauciones y supervisión.

 

¿Todos los perros saben nadar? ¡Mito desmentido!

Existe la creencia popular de que todos los perros saben nadar instintivamente. Esto no es cierto. Si bien muchas razas (como Labradores, Golden Retrievers o Terranovas) tienen una predisposición natural y disfrutan del agua, otras, especialmente las de cabeza grande y patas cortas (Bulldogs, Pugs) o las de cuerpo muy pesado, pueden tener dificultades e incluso ahogarse. Nunca asumas que tu perro sabe nadar; siempre introdúcelo al agua de forma gradual y supervisada.

 

Medidas de seguridad esenciales en y alrededor de la piscina

Para garantizar que la experiencia sea segura y divertida:

  1. Supervisión constante: ¡Nunca dejes a tu perro sin supervisión cerca de una piscina, ni por un segundo! Un accidente puede ocurrir en un abrir y cerrar de ojos.
  2. Acceso y salida fáciles: Asegúrate de que tu perro conozca y pueda utilizar las escaleras o rampas de la piscina para entrar y salir del agua. Si no las hay, o si son difíciles para él, considera instalar una rampa para mascotas. Enséñale dónde están y cómo usarlas.
  3. Chaleco salvavidas: Para perros que no son buenos nadadores, los cachorros, los perros mayores o aquellos que se cansan fácilmente, un chaleco salvavidas específico para perros es indispensable. Le proporcionará flotabilidad y una asa para poder ayudarle a salir del agua si lo necesita.
  4. Vallado de seguridad: Si tienes piscina en casa, un vallado alrededor es la mejor medida de prevención. Esto evitará que tu perro acceda a la piscina sin tu permiso o supervisión.
  5. Agua limpia y tratada: Asegúrate de que el agua de la piscina esté limpia y con los niveles de cloro adecuados. Un exceso de cloro puede irritar la piel, los ojos y las vías respiratorias de tu perro.
  6. Enjuague después del baño: Después de cada chapuzón, enjuaga a tu perro con agua limpia para eliminar el cloro y otros químicos de su pelaje y piel. Esto previene irritaciones y sequedad. Presta especial atención a sus oídos para evitar otitis.
  7. Hidratación: Aunque esté en el agua, tu perro seguirá necesitando beber. Ten siempre a su disposición agua fresca y limpia para evitar que beba agua de la piscina, que puede causarle problemas estomacales.

 

Enseñando a tu perro a nadar (si le gusta el agua)

 

Si tu perro muestra interés por el agua, puedes ayudarle a aprender a nadar de forma positiva:

  • Empieza poco a poco: Introduce a tu perro al agua en una zona poco profunda, donde pueda tocar fondo.
  • Usa un chaleco salvavidas: Al principio, un chaleco le dará confianza y seguridad.
  • Entra con él: Tu presencia le dará seguridad. Anímale con juguetes o golosinas.
  • Guíale hacia la salida: Una vez dentro, guíale repetidamente hacia las escaleras o la rampa para que aprenda dónde está la salida.
  • Sesiones cortas y positivas: Haz que la experiencia sea divertida y sin presiones.

 

¿Qué hacer en caso de emergencia?

Si tu perro cae a la piscina o tiene dificultades para salir:

  • Mantén la calma: Tu nerviosismo puede asustarle más.
  • Ayúdale a salir: Utiliza la asa de su chaleco salvavidas o ayúdale a subir por la rampa o las escaleras.
  • Revisa su estado: Una vez fuera, obsérvalo. Si ha ingerido mucha agua, tose, tiene dificultad para respirar o muestra signos de ahogamiento secundario (que pueden aparecer horas después), acude de inmediato al veterinario.

Disfrutar de la piscina con tu perro puede ser una experiencia fantástica para ambos, fortaleciendo vuestro vínculo y proporcionando un excelente ejercicio. Con las precauciones adecuadas, el verano será una temporada de diversión acuática segura para tu peludo amigo.